Aprendemos a escondernos de todo aquello que nos duele, a sonreír sin motivo alguno, a vivir en una mentira, a tener dos caras: la que mostramos, la de fuerte; y la que ocultamos, la de débiles. Aprendemos a tropezar con la misma piedra más de una vez, bueno aprendemos… más bien nos acostumbramos. Aprendemos a apoyarnos en los demás y cuando nos dejan solos, nos perdemos. Nos acostumbramos a estar con gente falsa y hasta nos acabamos convirtiendo en uno de ellos. ¿Pero sabes que? Es tu vida, no la de los demás. Si te caes levántate con o sin ayuda, que si necesitas llorar y no tienes a nadie, fácil, enciérrate en el baño y llora a más no poder, no te hundas por eso. Haz lo que quieras sin pensar en las consecuencias, salta, canta, ríe, llora, baila, bebe, fuma, enamórate, desenamórate, sufre, haz sufrir. Abre la puerta de tu casa, sal a la calle y crea tu vida.